Alimentos Funcionales

Los alimentos funcionales o enriquecidos son la última moda de las empresas de alimentación y hacen que nos planteemos si son realidad o puro marketing. Con los alimentos funcionales ¿no se intenta aprovechar el éxito e interés en los remedios naturales?

En las estanterías de los supermercados cada vez es más frecuente encontrar alimentos funcionales. Estos productos, no son otra cosa, que alimentos convencionales enriquecidos con vitaminas, minerales, ácidos grasos, fibra alimenticia o sustancias biológicamente activas como los antioxidantes o los probióticos.
¿Qué nos aportan los alimentos funcionales?
Los alimentos funcionales no solo aportan beneficios meramente nutricionales, sino también, otras propiedades como son la mejora de los procesos digestivos, aumento de la inmunidad, la protección frente a enfermedades, en definitiva conseguir una mejora de la salud en general y del bienestar. La incorporación de los alimentos funcionales ha cambiado el concepto clásico de la nutrición, es decir, aquella que aporta a través de la dieta todos los nutrientes, hidratos de carbono, grasas, vitaminas, minerales y proteínas necesarios para satisfacer las necesidades orgánicas, por otro tipo de nutrición de mayor calidad basada en el consumo de alimentos enriquecidos, que además de cubrir las necesidades orgánicas, mejore el estado de salud y ayude a prevenir enfermedades.
Los alimentos funcionales pueden resultar cómodos y un complemento interesante, pero no son necesarios, ya que si seguimos una dieta suficiente, variada y equilibrada basada en productos frescos y procesados, proporcionamos a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento.
Sustancias funcionales más utilizadas
Fitoesteroles: hay alimentos, como determinadas margarinas y yogures líquidos, a los que se les añaden fitoesteroles, sustancias vegetales similares al colesterol humano, que contribuyen a reducir los niveles en sangre del llamado "colesterol malo" (LDL-c) sin los efectos secundarios de otros fármacos de acción similar. Estos fitoesteroles los podemos encontrar de forma natural en los aceites vegetales, sobre todo oliva virgen, almendras, cacahuetes, nueces y trigo integral.
Ácidos grasos esenciales: los ácidos grasos esenciales monoinsaturados y poliinsaturados ayudan a reducir los niveles en sangre del "colesterol malo" y aumentan "el colesterol bueno" y disminuyen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El más importante de los ácidos grasos monoinsaturado es el ácido oleico, presente en el aceite de oliva y de aguacate. Y de los ácidos graso poliinsaturados omega-6, ácido linoleico y omega-3, ácido linolénico a partir del cual se sintetiza en nuestro cuerpo los ácidos grasos EPA (eicosapentanoico) y DHA (docosahexanoico). Son ricos en ácidos poliinsaturados los aceites de girasol, soja, maíz, frutos secos oleaginosos y pescado azul.
Los productos enriquecidos con ácidos grasos son las leches con oleico, omega-3 y omega-6, galletas con omega-3, salchichas de ave y huevos con DHA y margarinas con omega-3.
Vitaminas y minerales: las vitaminas y minerales son imprescindibles para el desarrollo y buen funcionamiento del organismo, por eso no es extraño que sean numerosos los productos enriquecidos con minerales y vitaminas, panes, cereales, leches, productos lácteos, bebidas, zumos... Los minerales más utilizados son el hierro, calcio y fósforo sobre todo en leches, productos lácteos y cereales para el desayuno.
En cuanto a las vitaminas las más añadidas son la A, D y ácido fólico en los lácteos, C y E en zumos.
Antioxidantes: dentro de las sustancias antioxidantes esta las vitaminas C y E, los carotenoides (pigmentos que se encuentran en las frutas y verduras de color rojo anaranjado) polifenoles presentes en todos los vegetales, compuestos de azufre que están en el ajo, cebolla, coles. Los alimentos enriquecidos con estas sustancias son los zumos de frutas y las bebidas de leche y fruta.
Aminoácidos: los aminoácidos son los componentes más simples de las proteínas. Los más utilizados en los alimentos funcionales son el triptófano, cisteina, glutamina, arginina y tiramina. Actúan sobre el sistema nervioso, resultan de gran ayuda en casos de estrés y ansiedad, también estimulan las defensas del organismo.
Estos aminoácidos se encuentran en las carnes, pescados, lácteos, legumbres y cereales. Se suelen añadir a productos especiales para deportistas como batidos, zumos y bebidas.
Probióticos y prebióticos: los probióticos son alimentos como el yogur y las leches fermentadas que contienen microorganismos como lactobacillus, saccharomyces, bifidobacterias y ciertos cocos gran positivo. Estos microorganismos se vuelven activos una vez que colonizan el intestino, mejoran nuestras defensas y estimulan la producción de anticuerpos.
Los prebióticos son sustancias que no se digieren y que se fermentan a nivel del intestino grueso produciendo ácidos grasos de cadena corta, que son el alimento preferido de las células del colon llamadas colonocitos. Las principales sustancias prebióticas son los fructo-oligosacaridos o FOS, conocidos como la inulina y la oligofructosa, que son carbohidratos presentes en frutas y verduras. Estas sustancias se añaden principalmente a leches, yogures, margarinas y flanes.
Fibra: la fibra dietética favorece el tránsito intestinal, previene el estreñimiento, las hemorroides y otras afecciones intestinales. Proporciona sensación de saciedad, ya que retrasa la velocidad de vaciado del estómago por lo que resulta muy útil en caso de dietes hipocalóricas. La fibra se encuentra de forma natural en legumbres, frutas y hortalizas, cereales integrales. Entre los alimentos enriquecidos con fibra están las galletas, pan, cereales y determinados lácteos.
Excitantes y tranquilizantes: determinadas sustancias excitantes como la cafeína, ginseng y guaraná, se añaden a bebidas energéticas para estimular el sistema nervioso y mejorar las funciones psicológicas cuando se toman en cantidades moderadas.
En el otro extremo están las sustancias tranquilizantes, como por ejemplo, la Melisa o la Valeriana que se incorporan a productos lácteos para conseguir un efecto tranquilizante y relajante.
Productos Light: los productos Light están dirigidos a personas con exceso de peso. En este tipo de alimentos, tal es el caso de las mermeladas, bebidas y yogures light, se sustituye el azúcar por otro tipo de edulcorantes sin calorías como el aspartame, ciclomato, sacarina... En otros alimentos se sustituye parte de la grasa por otras sustancias menos calóricas como almidones. Entre estos productos están las leches desnatadas, yogures, quesos, patés, margarinas, mayonesas Light.

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